martes, enero 08, 2008

Lo que hoy niegas, lo que dices que nunca pasó...

Era el verano del 96' cuando los pepsilindros de los picapiedra estaban de moda y mojarse en el recreo era un pasatiempo sancionado por la dirección. Eso nos valía y en cierta ocasión, a la hora de salida, un amiguito me siguió hasta la puerta pues trataba de mojarme, yo empecé a correr, no me di cuenta y cuando menos lo pensé tenía un pedazo de cerco de malla en un costado de mi cara, arribita de la oreja. Fueron los tres segundos más largos de mi vida, ni siquiera pude saber cómo pasó, quién lo hizo, quién tuvo la culpa. Estaba en shock y cuando me subí al carro, mire la cara de mi padre y comencé a llorar. Se podía ver el blanco hueso de mi rostro. Por primera vez en mi vida pensé que ya iba ser la hora de ir a la cruz roja, pero no, mis padres jamás pensaron en llevarme a ese lugar y prefirieron esperarse hasta las cinco de la tarde para llevarme con el Doc, cosa que hemos hecho desde que tengo uso de razón.
Ese García me ha prometido un sin fin de curaciones. Que ya no te vas a enfermar tanto, que las inyecciones son lo mejor, que tómate 24mil pastillas, que necesitas operación de amigdalas, que tienes infección en no se donde, y así se la ha llevado con promesas falsas, al fin y al cabo hombre ¿no?. El caso es que estoy que me lleva la rechingadaputaverga enfermedad infecciosa de no sé qué, convinada con la alergia y ¿adivinen qué? me tengo que esperar hasta las cinco de la tarde para ir con el Doc. Cosa que no me agrada porque me tira el mismo verbo de siempre. He llegado al punto de decirle a mi madre que soy hipocondríaca y que no me haga caso, pero ella no me cree cuando mira que me sale sangre de la nariz o que aviento mares de mocos.
El clima y los doctores tienen un complot contra mí. Me enferman; uno me quita la diversión y el otro me quita dinero. Estúpida salud.


...es el más dulce recuerdo de mi vida♪

1 comentario:

DaViD CaNo dijo...

jejejeje y yo que pensaba ir al psicologo a arreglarme un poco la maceta.

Bueno creo que tendré que curarme solo. Si solo me descompuse solo me arreglaré, que bueno que existe la fe...