jueves, enero 24, 2008

Quiero encontrar otro amor y perderlo enseguida

Me molesta muchísimo el hecho de que no pueda ponerle acentos a las palabras. Puedo escribir esepción, exsepción, ecepsión, hesepsión, pero nunca, nunca sin acento. Ja, ja, ja. Y sería darle vueltas al asunto con eso de que las generaciones están perdiendo la habilidad de la escritura. Aunque no sé si eso es malo, pues siempre que toco este tipo de temas Lucy Ortega aparece en un globito arriba de mi cabeza diciendo: ¿estás segura? ¿pero quién es el que dice que la escritura debe ser así? Estúpida hegemonía de Estado. No lo he podido superar. Ni a ella. El caso es que los acentos son la onda, son como el copetito necesario para el último toque final a tu peinado. A mí me gustan mucho. Son como las chispas de chocolate de una nieve, ó pueden ser un gorrito feliz de cumpleaños feliz. Imaginar que las letras son viciosas y les guste el frajo y el pisto. Puede que sean muy participativas y algunas levanten la mano. Ay, yo que sé. De lo que se pierden los gringos.


...para olvidarme de ti para toda la vida:::::♪

2 comentarios:

cors dijo...

jaja claro... es una cosa bonita eso de los acentos eh? qué ¿dónde perdiste los tuyos o qué pasó?

En fin, ya me antojaste una nieve...

Shinji dijo...

Los acentos no son necesarios; pero son bien finolis y le dan caché al asunto. En ese caso yo diria que eres demasiado quisquillosa y lo tuyo lo tuyo es evitar a toda costa el descontento ajeno.

Saludos!
:D