sábado, enero 27, 2007

Ven y siente lo que siento♪

El amOr que te teng0 es biEn
pankillo.


Viajero, oscuro, precioso, clandestino, olvidadizo, amoroso, genial, divertido, llorón, silencioso, estúpido, melancólico, carismático, ficticio, perfecto, audaz, creativo, dichoso, infinito, hediondo, flojo, pelón, frío, cansado, rico, templado, gigantesco, espumoso, rosa, soñador, sincero, máximo, esperado, nervioso, oxigenado, persuasivo, patentado, sociable, comprensivo, repentino, paciente, aburrido, triste, declarante, fuerte, suspensivo, ambidiestro, automático, competitivo, indolente, masivo, operante, dichoso, irreal, transparente, extraño, cantante, suficiente, feliz, angelical, fidedigno, todo, pensante, querido, perdedor, odioso, mejor, maravilloso, asfixiante, pendejo, malo, púrpura, aceptable, burlón, nada...






Y no sé que es peor♪

jueves, enero 25, 2007

Se define a sí misma como una mujer miedosa empeñada en no serlo.

¡Yo sabía que Vicente no estaba muerto!. Ustedes disculparán la euforia que invade todo mi ser pero es que en estas últimas semanas la tele ha sido mi fiel compañera. Con eso de que las series de TV andan de moda, uno no se la acaba en todo el día. Es increíble como acapara toda tu existencia y terminas siendo presa de todo el maldito marketing que te embarran en la cara... me atrevo a decir que te roban el alma para convertirte en un soldado fiel de las telenovelas.
Lo bueno que todo esto llegará a su fin y volveré a la normalidad de mi triste vida (¡yuju!) pero no esconderé mi lamento por no estar presente cuando Gustavo Galván y Ana Escudero lleguen a consumar su felicidad y que el amor de mi vida, el Dr. Derek Sheppard, sufra por la ausencia de su amada Susan Grey.


En fin, la tele abierta sigue siendo una basura aunque me haga estupidamente feliz por dos horas. Imaginar es lo que mejor hago y acabo de descubrír que si puedo ser eso que llaman: un escritor. Creo que tengo ciertas bases que me avalan U_U por ejemplo: la mayor parte de las tareas escolares las he inventado (espero que mi maestra de periodismo no lea esto) y hasta hoy, nadie me ha dicho lo contrario. Puedo inventar mil y una historias de por qué me tarde tanto en llegar a la casa y hasta hoy, mi madre no ha dicho nada jaja. Descríbete en una oración y te puedo convetir en un super héroe que come espaguetti, lanza dardos de caramelo y tus calzoncillos no se verán, lo prometo. ¿Anécdotas? tengo miles de ellas, todas aburridas, pero el simple hecho de ponerles un adjetivo, sinónimo, verbo, acento, antónimo y etc, se convierten en las historias jamás publicadas por ningún pobre editor. ¿Estás feliz, te gusta alguien, ya te enamoraste? ¿Te quebraron el corazón, odias al amor, crees que jamás serás correspondido? ¿Vez la vida patética, estás deprimido, odias el mundo en el que vives? ¿Amas a las flores, crees en Dios, tienes ganas de reír? Mi querido amigo, los poemas son la solución, para eso me pinto sola y puedo hacerte una docena por un precio muy considerable en el mercado negro de los poetas sin trabajo. Pero si no te agrada ser tan meloso o melancólico también cuento con el don del cuento y puedo nutrir esas ansias de divagar por el mundo de la ficción con ejemplares como: La estrella que se enamoró de una patineta, Las travesuras del patto sin vergüenza, Me enamoré de un trasvesti y mi sacerdote no lo acepta, Mi novia es una computadora, Cruela Devil y su crítica existencial, Tengo las mil y un enfermedades que no existen, El arcoiris que no era arcoiriiiiiis, Toma chango tu teclado, Mi dulce y fea zarigüeya y Dos mujeres y un miembro son los más reconocidos a nivel amistad del extraño mundo de susack. Los ensayos son mi especialidad siempre y cuando no sean sobre Foucault, Bourdieu, Thompson, Serrano y nada que tenga que ver con mi Licenciatura, más bien me enfoco a los que no tienen sentido y solo escupen delirios de una mente perturbada.

Tengo la mayor parte de las características de un escritor; fumar, beber bebidas embriagantes, tomar aspirinas de vez en cuando y aunque me falte el gusto por el café y las drogas, puedo comenzar por probar el zacate de mi escuela e ir más seguido a verificar que la cafetera no es mágica. Cuento con un santuario sagrado donde la inspiración se regocija y mis pensamientos fluyen rápidamente aunque a veces se me entuman las piernas y no haya papel.
Y sobre todo que puedo llegar a ser la persona más mentirosa del mundo letrado y la más transparente de todas. Todavía me falta lograr que por siete segundos crean que soy la mejor escritora, que la inspiración me la pele cuatromillonesochosientossetentaycinco veces, la HorT0gräfiá y que el sarcasmo y el humor ácido se vayan de vacaciones de estos dedos jaja.


A mis tres queridos fieles lectores: Gracias y ya no lean esta basca de blog.



♪yo tuve miedo y aún lo tengo
de seguir adelante o salir huyendo♪

domingo, enero 21, 2007

Te doy hoy mi realidad y tu te escondes sin hablar♪

Definitivamente el estar comiendo pepinillos no esta funcionando. Ya no me huelen los pies, ahora es la boca jaja. Pero igual, no querrán saber de eso ¿verdad?... demasiada información. Creo que sí, de hecho hace tiempo me dijeron: ¿No te da miedo ser tan transparente?
¡JA! No supe si reír o llorar, pero en sí, era natural la sencillez de la pregunta tan directa a una simple desconocida que no vive en su realidad. Siempre he dicho que prefiero mil veces escribir a tener que hablar, sin embargo todo el tiempo, tengo presente que el simple hecho de no gesticular movimientos con mi boca, me llevará al caótico e inestable camino de la confusión y me quedaré toda mi vida esperando.

¿Miedo? llamenlé como se les pegue la gana... lo único que sé es que estoy tratando y aprendiendo a comunicarme con los irreverentes e irracionales humanos jojo.
Y aunque no lo crean, he tenido mis momentos profundos y existenciales donde reflexiono acerca de la vida bla bla bla... pero la diferencia es que no ha sido escrito, sino vivito y a todo color. Y hoy, fue un día de esos, días molestos donde la verdad te escupe en la cara una y otra vez y créanme, te parte el corazón en 2 pedazitos y cacho para terminar en la basura.
Te das cuenta de lo patético que te haz visto ultimamente pensando en situaciones que no son y todavía justificando comportamientos que para colmo, ¡no son! (duh!). Es duro saber la verdad y también que te mientan, pero más cabrón se siente cuando tú mismo sabías lo que iba a pasar y no lo quisiste ver por seguir viviendo atado. El impacto es tan grande que todavía no lo puedes considerar como verdadero y solo te vez en el espejo y te pelliscaz las mejillas y pones tu nombre en el vidrio empañado y masticas chicle más rápido y te vuelves idiota y las lágrimas no salen y todo se acabo, nada fue cierto y gracias por su asistencia, lo veremos pronto.

Supongo que quien habla es el ego herido. Eso es todo. No hay de que preocuparse...
Ya sé que no estoy libre de culpa, que los sucios pensamientos de la ética extraviada se apoderaron de mí, que hice mal, utilice el método más bajo para saber... pero en estos casos el fin justifica los medios así que no me arrepiento del todo y mis lloriqueos no son tan sinceros como parecen. Cabrona soy y en el camino andamos...

Pero, no soy de palo y admito que tengo miedo de ir a dormir. Es el peor momento cuando tienes que hacerlo aún sin sentir sueño. Piensas y piensas y piensas y la bendita conciencia hace de las suyas. ¡No se puede discutir con ella, no entiende explicaciones! ¡¿Así como quieren que la escuchemos?! jaja. En fin, no se asusten, aveces me convierto en un mounstruo y se me olvida como volver a ser una princesa. A veces se me olvida que quiero un amor blanco como la espuma del mar y hecho todo por la borda y de nuevo tengo que comenzar. Aveces todo se me olvida pues creo que he descubierto el gran duelo que juegan diariamente la razón y mi sentir.

Sé que no soy única, ni primera, ni futuro, ni lágrimas, ni noches, ni luna, ni amor, ni caricias, ni gran pérdida, ni confusión, ni palabra, ni amistad, ni esperanza, ni llamada, ni poema. Sin embargo, mi triste chocolate, ese brillo ya no lo tendrás.


♪y esta es
una canción más♪.

jueves, enero 18, 2007

Dame otro momento, un segundo lento... no te soltaré esta vez.

Por favor, ¡Ríete conmigo!...
odiemos lo que queda de este año y sigamos como estamos...
o mejor aún, solo sigamos como somos.
♪si pudiese amor,
te juro cambiaría todo♪

domingo, enero 14, 2007

Tú piensas demasiado, yo siento demasiado... ahora qué más dá.

Cuando la conozcas sabrás que es una matrioska.
Tiene una y otra y otra y otra y otra dentro de ella.
Háblale y seguirá siendo cabrona.
Escúchala y pensarás en una sonrisa,
Mírala y llorará,
Canta y te seguirá,
Reza por ella y no cambiará.
Mantente atento y ella te ignorará,
Callaté y te mostrará lo que hay dentro de ti,
Enamórala y te odiará,
Bésala y encontrarás a una aprendiz,
Lucha contra ella y sabrás que está sola,
Búscala y no habrá nada.

¿Cúantas ellas habrá en ella que si tan solo me reconociera y me dejara salir, tardaría eternidades para ser yo, aquella, tú, nuestra, de mí, esa y fundirme nuevamente en su interior?
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Uff, lo que son las cosas... se me congela el trasero junto con los dedos, el sentido del olfato tomó unas vacaciones y las estrellas se ven menos. Muchos dolores y pocas nueces...
Estoy perdiendo el derecho innato de bella durmiente que me corresponde en las vacaciones y la música ya se volvió lenta y turbia. Mi greña loca y despeinada seguirá despertando jalones en los demoniacos cepillos y por favor ya no me contradigan: simplemente tienen la razón.

Debes empezar el año bien pues...
Inevitable, como diría Shakira y ya no sé si maldecirte o por ti rezar de la Chaveliux jaja.


X: que bonita te vez.
Y: gracias.
X: ¿gracias? ¿eso es todo?
Y: gracias por... ¿notarlo?.
X: ¿notarlo? Increíble. Eres increíble. Lo eres y lo noto.
Y: Ja, ja, cómprame.
X: ¿de verdad te vendes?
Y: depende.
X: ¿de mí?
Y: no. de quién.
X: pues yo.
Y: No. Tú no.
X: ...que bonita te vez.
Y: gracias.


...Ya recordé por qué soy tan mala en el futbolito y cómo fue la travesía para comprarme el primer brassier:

No me gusta el fútbol y Me gustan los muchachos.


Patética y dulce realidad jojo.


♪...estoy queriéndome liberar
que aveces pienso en ti de más♪

miércoles, enero 10, 2007

No sé que hacer para explicarte que tú eres como un libro que no supe escribir.

Y con ustedes señoras y señores el espermatozoide más alérgico que ganó la carrera hacia el óvulo: Susana Reyes... y estamos seguros que hasta en el vientre de su santa madre estornudó. (duh!)
Es así como la regla: incómoda, imprudente y la tendré para siempre (es que me voy a morir antes de la menopausia), por lo tanto no debería gastar mis energías nada más para quejarme jojo.
Recomendaciones:
-No utilice "clinex"
-Deje que el moco lleve su curso y tome el control
-Estornude cuántas veces pueda
-Tome Dual C
-No se pinte los ojos
-Cuando duerma, trate de hacerlo con su cuerpo inclinado hacia la izquierda o derecha. Sino lo hace babeara su almohada.
-No podra respirar así que debe aprender con alguna otra cavidad disponible en su cuerpo.
-Si hay sangrado por la nariz no se asuste. Vaya con su mamá y llore.
-Si se presentan dolores de pecho, entonces desabroche su cinturón de seguridad.
-No mastique chicle. ¡¿Acaso quiere morir!?
-No crea todo lo que sale en la fea más bella.
-Y pues... vaya con doctor.
♪...con palabras de amor,
con palabras que no mienten
con palabras que se esconden
y que nunca sabré donde♪

lunes, enero 08, 2007

El mundo está dividido entre los que cagan bien y los que cagan mal.

La tía Minerva siempre decía: Si un hombre te chinga, quiere decir que no tiene los huevos suficientes para tener una mujer a su lado. Desde que tengo memoria, escuchaba a la tía decir y deshacer todo lo que se cruzaba en su camino. Cada palabra era un escupitajo de sarcasmo hacia la vida que según ella, la televisión había hechado a perder -Jamás creas lo que vez ahí niña, la vida no es así como la pintan- El pasado la atormentaba, no sentía el presente y el futuro no existía. Su destino estaba ligado al tormento obligatorio nostálgico, de esos que aparecen en la noche con risas e invitaciones indecorosas y nos deleitan con colores brillantes llenos de falsedad, necesidad, hastío, tiempo, sexo, humedad... y por el día, la realidad te embarraba la cara de sueño sin sueños y las esperanzas no entraban por la puerta del corazón.
Pasé los siguientes meses pensando que quería decir la tía con eso de los huevos. Al principio creí que se refería a los que cocinaba mi mamá cada mañana, pero en está casa jamás a estado un hombre y lo único cercano a un macho era Casimiro, el perro. Me daba pena preguntarle a mi madre, ella jamás me hablaría de esos asuntos y yo no le tenía la suficiente confianza como para hacerlo. Solo me quedaba Rosalba, la amiga inseparable y cómplice de los arranques juveniles de la tía Minerva. Contaba con unas largas piernas doradas y una cabellera color tizne hasta la cadera, usaba los tacones más altos que jamás haya visto, los labios rojos y el color plata en sus ropas era el signo de noche para que la identificaran, le llamaban la zopilota. Todo el tiempo señalaba mi nariz y me decía que tenía las mismas pecas coquetas y los ojos color aceituna de aquella puta.
- Tú tía no dejará de ser una ramera verdad- Sacó una revista del baúl que estaba en el closet. A mí me daba miedo entrar ahí, inventaba miles de historias e iba y se las contaba a los niños del barrio. Susurrabamos todas las locuras posibles: Debe tener un cadáver o mucha sangre guardada y reíamos. Esa mujer nunca le dió color con pintura a su cuarto, al contrario, lo llenaba de cartéles de todo tipo y pedazos de periódicos con notas alegres. Parecía que era el único lugar donde la vida le daba una nueva esperanza. Pero la esperanza nunca llegó, el miedo que teníamos jamás se fué y el closet de la zopilota se quedó solo el día que la mataron.
- Mira niña, estos son los grandes. Son la parte masculina de los hombres. Les dicen huevos por que tienen la forma de un huevo. Lo vez...
Demasiada información para una niña de ocho años, pero hasta hoy, nunca le dí las gracias por ser tan gráficas sus explicaciones. Mi tía estuvo tres días y tres noches encerrada en su cuarto cuando se enteró de su muerte. Al cuarto día salió como si nada hubiera pasado y dijo que ella no conocía a nadie llamada zopilota. Desde entonces tenía esa sonrisa fingida que a veces me incomodaba. Supongo que el dolor tiene diferentes formas para cada ser humano y la tía Minerva le dió la forma de silencio. De una bomba de tiempo que tarde o temprano estallaría y yo no quería estar ahí para verlo.
Mi madre amablemente me pidió que no tocaramos el tema. Siempre tuvo ese modo de hablar tan pausado y serio, que me hacía sentir como si no entendiera las cosas. Cuando tuve quince años le contesté que no me tratara como una estúpida, que no era como ella. Ups. Mala idea.
A pesar de que sus estudios no eran los mejores, tengo que presumir que tenía una memoria estupenda y todo lo que leía se le quedaba tatuado en la mente como si tuviera una especie de enciclopedia cerebral y cuando obtenía datos los acomodaba en categorías especiales. Pensé que yo iba a heredar su don, pero no, aprendí a estudiar. Murió de cáncer poco después de que me casé y me hizo prometerle que jamás votaría por el PRI.
La rutina jamás se perdió. Llegadas las seis, la doncella -como le llamaban a la tía Minerva en el barrio- se alistaba para salir a buscar el presente conformista. A las ocho tenía que estar servido su tequila doble en el tocador, un cigarro prendido y una botella de aceite de olivo -Te ayuda a no sentir tanto dolor-. Y para las ocho treinta iba a la sala y se despedía de todos. Doña Rita, mi madre, sentada en la silla tejiendo un no sé qué que jamás tuvo forma.
- Ya me voy
- Adios Tía.
- Ya me voy Rita.
- Mhju...
- A lo mejor esta es la última vez que me vez, despídete bien mujer.
- Siempre dices lo mismo y siempre regresas. Si no eres pendeja, te sabes cuidar.
Jamás ví que se dieran un abrazo. No se demostraban afecto alguno, pero las dos sabían que tarde o temprano una de ellas se iba a ir para no volver, que tarde o temprano mi tía sería una pendeja y que ella nunca terminaría de tejer ese no sé qué que jamás tuvo forma. Simplemente se dibujaba en sus rostros esa pequeña sonrisa de complicidad que bastaba para decir Te amo hermana. Eran más unidas de lo que pensaban y la manera en que reflejaban sus sentimientos era con gritos y golpes en la mesa de la cocina.
- ¡Tú hija lo que necesita es que le enseñes de la vida!
- Otra vez con eso... ¡estoy harta de volver a escucharte y sobre todo borracha!
- ¡Dejalá que sueñe Rita, que haga su propio futuro, que aprenda a defenderse!.
- ¡¿Tú?! ¿hablarme de futuro? ¿qué futuro quieres para ella, el mismo que tú tienes?
- ¡Ella tiene posibilidades Rita! déjala que haga su vida, no la tengas encerrada, ella es...
- ¡Claro que tiene posibilidades! ella jamás será una puta y borracha com...
- Como yo Rita, como yo...
- Minerva cambia de vida, te lo he dicho siempre. No me quieres escuchar...
-No hay nada que escuchar hermana, esta puta y borracha se va a su cuarto.
Ya tenía 18 años y las discusiones eran por el futuro de la familia: yo. La universidad era mi destino, decía doña Rita, pero yo no lo pensaba así. Quería quedarme con ellas, ayudarlas en lo que fuera, necesitaba estar con mi familia, con los míos. Para ese entonces no tenía muchos amigos y todas las niñas del barrio que crecieron conmigo siguieron los pasos de sus madres: casadas o putas. Solamente estaba Rosalinda, ella era mi única amiga. Tenía una deformación en la cara que le impedía hablar bien y solo trabajaba lavando ropa en la parte de atrás de su casa. Decía que se iba a casar con Polo, el hijo de la puta más vieja de por aquí y era tartamudo. Eran la pareja deforme, pero era la única pareja que se acercaba a lo que era el amor por estos rumbos... amor real.
Lo mejor de todo, era cuando la doncella se ponía a beber tequila directamente de la botella. Ese elíxir de la vida -según su filosofía- le daba la alegría y satisfacción que no encontraba en sus días.
Lograba arrancarme carcajadas cada vez que decía todas esas frases aprendidas por la experiencia y que no presumían más que sinceridad sin temor a equivocarse.
- Tienes que aprender niña que este jodido mundo se divide entre los que cagan bien y los que cagan mal-
- Pero tía, ¿tú donde aprendiste eso?-
- No importa como lo haya hecho, debes de saber que las personas más peligrosas son los estreñidos. Ven la vida dura, llena de caca atorada. Desgraciados...-
- ¿Y cómo voy a saber si están estreñidos o no?-
- ¡Solo viéndoles la cara niña! Siempre tienen la frente arrugada cada vez que les hablas y siempre dicen que no pueden comer esto o aquello y sobre todo siempre siempre siempre te regatean la cuota oficial del trabajo. Estúpidos, todavía que una aguanta sus culos tapados llenos de caca, que están feos y se atreven a decir que se cobra caro, pendejos.-
Después danzaba por el cuarto con lágrimas en los ojos, ebria de elíxir y decía que era dichosa porque no sentía nada. Demasiada tristeza en el aire como para no respirarla y notar que dentro de ella estaba el olor a libertad podrida, ilusión perdida... a cenizas. Estaba segura que un día le saltaría la Minerva Acosta de las entrañas y me mostraría la verdadera luz que se escondia debajo de esos párpados pintados de dorado y azul rey. Pero siempre se detenía a mitad de la danza y contaba la misma historia una y otra vez -¿Ya te conté la historia de la princesa que no quería ser princesa?-
-No tía, cuéntemela-. Mi madre me dijo que esa historia fue la única que le contó su papá antes de que los abandonara por otra familia -Es increíble como se acuerda, tendría como unos 3 o 4 años-. No importaba cuantas veces repetía el cuento, ahí estaba yo sentada en la cama y maravillada por los gestos de una persona recordando. Mantenía la mirada fija en un punto muerto en la pared y se tocaba la frente como si le costára decir la frase perfecta. Daba pausas en los mismo lugares de la historia y me miraba para que yo moviése la cabeza dando por hecho que escuchaba y su respiración era lenta y al mismo tiempo se aceleraba. Vivía la historia en carne propia cuando la pronunciaba y se ponía las manos en la cintura cada vez que la tonta princesa decía "no" a su futuro prometedor. Cerraba los puños como si luchara contra el recuerdo para que no se le fuera a escapar de la memoria y después cerraba los ojos y dejaba caer las lágrimas que le estorbaban para ver las oraciones que nacían de su boca. Reía, lloraba, tomaba tequila y me miraba... la costumbre era que cayera exahusta, la arropara en su cama y apagara la luz. Sin embargo, esa noche fue diferente y cuando terminó se incó a la orilla de la cama, puso su mirada en mí y el punto muerto se volvió mi frente y mis cejas y mi nariz y mi todo. Su aliento jamás lo había tenido tan cerca, noté que tenía pecas en la nariz y los ojos color aceituna de aquella puta a la que me parecía destilaban lágrimas negras.
- Tú nunca serás esa princesa estúpida que no quiso serlo. Prométemelo.
- Tía, yo...
- Dime que nunca vas a ser esa princesa... ¡que nunca vas ha ser como yo!
- Yo no...
- ¡Anda mocosa! ¡dímelo! Dí que nunca serás como tu tía Minerva, que no serás como yo...
Por un instante me asusté al ver la desesperación que la asfixiaba por dentro. Se estaba hundiendo y mis manos no eran suficientes para ayudarla a salir, no podía hacer nada para regresar el tiempo y mostrarle que la soledad es nuestra vieja compañera, nuestra cruz, nuestra vida, nuestra muerte. Que los inalcanzables anhelos eran posibles si tú te creías posible y que las horas no eran para esperar sino para vivir y soñar, que los espejos si son amigos del reflejo pero la mente no; que los poetas amaban a las mujeres y a los cielos y que los hombres enamorados amaban el alma y no al cuerpo. Quería decirle que era bella y que yo me parecía a esa puta de los ojos color aceituna. Pero pronto descubrí el miedo en el rostro de Minerva y la única persona destinada a darle una esperanza era la sobrina llena de posibilidades, la que brillaba en el futuro, la que tendría una vida feliz y sin preocupaciones. Era la obligación postrada y escrita en la segunda generación del árbol genealógico de las Acosta.
-Nunca seré como tú Minerva-
Los silencios no se hicieron esperar y todo cambió en el universo de las Acosta Grijalba. Los horarios impedían volver a unir los lazos que la niña tenía con la doncella. Ella trabajando y yo estudiando, ella durmiendo y yo tomando clases, ella bebiendo el elíxir de la vida y yo aprendiendo a manejar un carro, ella vendiéndose a la vida y yo conociendo al amor de mi vida, ella preguntando por la niña y yo diciendo que ya era una mujer, ella simplemente se marchó y yo me gradué, ella no estuvo aquí y yo me casé.
Nunca entendí por qué lo hizo. Ella anhelaba tanto verme convertida en lo que una vez soñó y sencillamente se fué sin decir una sola palabra. No conoció a Roberto y no estuvo en el nacimiento de Robertito. Tampoco estuvo cuando nos cambiamos de casa y no participó en la disputa que hubo para darle un nombre al perro. No plantó ni una de las flores que están el jardín al cual soy alérgica, ni miró el atardecer sentada en el columpio del árbol. No pensó en el daño que le haría a la única hermana que pensaba diariamente en la suerte que tendría si no estaba con ella. No se acordó de las noches en qué danzaba acompañada del tequila y ni recordó los gestos que hacía cuando contaba la historia de la princesa que no quería ser princesa. Minerva Acosta Grijalba nos dejó solas y con la sensación de haber perdido una parte de todo lo que somos.
Mi madre enferma y ya casada con el cancér se desvaneció un 13 de marzo sin saber de su hermana querida, la que no era pendeja, la que siempre volvía porque se sabía cuidar.
-Dile a esa cabrona que la voy a matar desde donde esté cuando la chingada muerte me lleve- me repetía siempre con lágrimas rodándole por sus viejas y acabadas mejillas. No estuvo en su entierro ni le llevó flores, no tomó un puño de tierra ni le dió el último ádios como era debido. No nos acompaño a las visitas formales que le hacíamos a la tumba y jamás miró cómo Robertito crecía e iba por primera vez a la secundaria ni cómo la pequeña y pispireta Minerva daba sus primeros pasos y le empezaban a salir esas pecas coquetas y esos ojos color aceituna heredados de su madre.
No. Minerva Acosta Grijalba se perdió de todo esto y hoy tengo la visita inesperada de un hombre sentado en el sofá, que toma café, que me sonríe, que no se cansa de decir que soy el retrato de la doncella y que me brinda en un pedazo de papel la esperanza que tanto quería y se aferraba doña Rita. La oportunidad de saber por qué nos dejó y no quizo reconocer a la princesa que siempre fué.

jueves, enero 04, 2007

El mismo error constante… un paso adelante y dos atrás.

Y tuvieron que pasar catorce años para que por fin le diera el control de la TV a mi padre sin enojarme y pasar doce para encontrar un lugar donde vivir sin tener que cambiarnos de casa. Pasaron quince años para que encontrara verdaderos amigos, veinte para sorprender a mi corazón por primera vez y un mes para sentirme la peor estudiante de este universo. Han pasado diesciséis años escolares y hasta hoy aprecio el uniforme que llevaba. Tengo la vida diciendo lo mismo y solo siete veces he cambiado de reloj. Diez horas de sueño, diez dedos congelados y dos chicles bubalo'.
Deben pasar al menos seis horas para que me vuelva a dar hambre, un mes y tres días para que me baje, seis días para ir a misa y cuatro horas para no perder el camino. Al menos pasan tres horas para saber que estoy perdiendo mi tiempo en basura comercial, cuatro meses para volver a la lectura, cinco horas para reencontrar la ilusión y tres minutos para enamorarme nuevamente de la música. 7 horas y media y la amistad regresa a su rumbo original.

Una vez al mes debo molestarme enserio y dos veces al día por alguna parte de mi cuerpo; diariamente me desvelo, tomo agua, me saco un moco, me da frío, no me peino, me como las uñas, limpio mis lentes, chateo con la nada y me pongo talco en los pies. Tres veces por semana me llaman "tchutchi", dos mentadas de madre, 22, 895 besos durante 21 años cortesía de mi padre y 22, 896 abrazos por parte de mi madre. Seis letras en mi nombre y deben pasar 55 buenas razones por mi cabeza para que decida tener hijos. 85 pesos de crédito sin destino, 647 canciones sin dueño, una llave, tres televisiones, cinco corazones y un par de gemelos en camino.

Desde hace 5 años que no recibo un castigo, y cada semana me gusta una canción "extraña" entre lo "normal"(por ejemplo la del momento es Chavela Vargas con Paloma Negra jaja) Se me olvida el 35% de todo lo que hago y hasta hoy, solo tengo un libro favorito.

Y aunque los números no sean mis amigos ni yo la de ellos... mmmm, sacando cuentas....



TOTAL: Una Vida Estupenda.
Feliz Año Para Todos.

♪Y no me dejaste otra opción,
que arrancarme la piel y aguantar el dolor♪