domingo, octubre 19, 2008

Porque la vida no te sonríe cada viernes

Nadie puede negar la cruz de su parroquia. Por más que uno se empeñe en el "yo nunca seré" terminas convirtiéndote precisamente en eso. Exactamente igual, pareciera que lo haces a propósito. Por ejemplo yo, que siempre suelo alejarme nomás empiezo a sentir tantito. Por ejemplo yo que no puedo negar mi cinismo y apatía. En momentos como estos me gustaría creer en los signos zodiacales, echar andar mi intelecto y que se pasee por un rato. Dejar de hacer mamadas para comenzar a morder. Hay una hecatombe de mis todos, me duele la cabeza y siento como los pasos seguros que un día pensé seguir para siempre, se están volcando en el mar de la rebeldía. Muchas veces mi terquedad llegó a mi frente y me cansé de decirte que ya no quería más, sin embargo, no puedo echar en saco roto momentitos de felicidad. Migajas que quiero compartir con mi futuro sin pensar en el masoquismo, simplemente saboreando un poquito de amor. ¡Ay mi viceversa! ¿donde iremos a parar?







Érase una tarde fría de febrero,
tú venías de frente con tus dos ojos negros
y no, no pude evitar.
Fue un solo segundo,
nada más cruzarnos nos dimos la vuelta,
pero no nos encontramos
y no, te puedo olvidar.
♪:::::::::::::♪

1 comentario:

Shinji dijo...

nah nah, pretextos, en realidad es que tu lado oculto termina por salir y hacer de las suyas.

Saludos!
:D