Mi jefe y yo solemos pelear por comentarios machistas o feministas que escupimos en ciertas ocasiones. Siempre tiene una actitud de "yo no me equivoco" y la mía siempre es " ¿a cómo no?". Soy la única altanera que se puede burlar en su cara y hacerlo reír al mismo tiempo. Los papeles suelen intercambiarse: él me regaña por la impuntualidad y yo me desespero por su memoria a corto plazo. Trata de ser "joven" ante las situaciones que conversamos y yo lo hago sentir "viejo" cada vez que puedo cuando hablamos de ésas situaciones. A él le huele la boca y a mi los pies. Me cae gordo cuando su ego se va por los aires y yo le caigo bien aunque mi ego se vaya al espacio. Me tiene demasiadas consideraciones y yo lo ignoro demasiado. Hago lo que se me pega la gana por algunos días para que luego me chingue y me haga llorar. Es muy sarcástico, vanidoso, castrante, molesto y muy inteligente para los negocios, vende a más no poder y decirle organizado le queda chico. Es muy obsesivo y le gusta mucho la limpieza en el escritorio. Al contrario, yo soy gritona, zarrapastrosa, buena onda, muy inteligente pero torpe para los negocios. Me molesta vender y mi escritorio está lleno de papeles que ni siquiera sé cómo jodidos llegaron ahí. Y por si fuera poco, a él lo odian y a mí me aman. Yo creo por esto y muchas cosas más nos soportamos y estoy segurísima que nunca encontraré un jefe como él. :)
I'll talk until
the conversation doesn't stay on...
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the conversation doesn't stay on...
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1 comentario:
Que suerte la tuya, muchos jefes no aguantarian la mitad de lo que le haces al tuyo.
Saludos!
:D
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