sábado, octubre 11, 2008

Oportunidad # 5: fallido.

Siempre que me dejo crecer las uñas, me pongo muy contenta. Agradezco la fuerza de voluntad (temporal) que me invade por algunas semanas y presumo y digo y se manifiesta la sonrisa en mi cara. Es como un logro. Experimento el don del éxito. Se me inflan los pechos una talla más del orgullo que cargo. Bárbaro. En esos momentos me siento toda una ejecutiva con su respectivo estrés; golpeteos en mi escritorio con las uñas nuevas.
La felicidad viene de lo más chiquitito del universo por eso es muy difícil atraparla. Queremos encerrarla en un corazón y ponerle nombre. Tratamos de que esté en cada ser a nuestro alrededor y nombrarnos víctimas del sacrificio. Esperamos fechas para regalar felicidad. Pretendemos bailar, tomar y fumar felicidad. Aprovechamos las ofertas que hay en las tiendas; la queremos comprar y, sobre todo, queremos cojer con la felicidad. Bárbaro.
Por eso la felicidad es chiquitita y perversa. Sangrona y selectiva. Elitista, mejor dicho. Yo me cansé de ponerle nombre. Me cansé de comprarla, bailarla y cojerla. Así de sencillo. Los tambos se me llenaron y no puedo corregir el significado de mi felicidad.
Mañana será siempre y habrá más oportunidades. Mis uñas crecen y me pongo contenta. Feliz.







Quisiera pasar un día o más
perder el tiempo.
haciendo de nada, ver el cielo caer,
verte a los ojos...

1 comentario:

Aída A. dijo...

te kiero
y no me llamo felicitas
jajajaja
besos nena!
muaaak