sábado, julio 19, 2008

...pero me conformaría con un honesto error en el nombre de un dulce amor.

No me importa mucho el hecho de terminar como un lindo tomate con pecas y cejas castañas, ni tampoco me importa la absurda e inestable situación del sudor. En serio, uno aprende a conocer y amar todas esas pequeñas inhaladas de vida nueva. Quiero advertirles que yo no me detengo. No me detengo ante las amistades y ante las adversidades; esa montaña del mal no me vencerá.
A penas hace algunas horas, mi jefe me reclamó el poco tacto que tuve con su presencia y yo solo pensé: nada es personal, caray. Tengo un problema con la autoridad y más cuando es fuera del ambiente laboral. Muchas veces me hierve la sangre y una orden es apretar el botón de la desobediencia. La otra jefa me dijo: pues tienes que cambiar eso y rápido, a lo que yo pensé: ¿eso es una orden?
El caso es que no me detengo y no lo tomes personal, mi ansiedad y mi ánimo se mezclan y no hay nadie que lo pueda parar.








Relájatee...
No ha pasado nada y los nervios ahora te hacen reír
Veo que cuando me hablas no te quieres despedir
No me conformaré con mirarte na' má'


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