♪ Me siento vivoooooo uoh oh oh oh oh oooooh ♪

Ayer desperté y miré la transformación de la vida.
Fue demasiado palpable y tenerla frente a mí, casi provoca ciertas chispas de agua en mi ver.
Ya no sé distinguir entre la felicidad y la tristeza, supongo que por eso no le pongo mucha atención a las lágrimas.

Toqué el piso frío con las plantas de mis pies...hace tiempo que deje de hacerlo por la simple y sencilla razón de que ya no recuerdo la razón, así que mejor busque mis "pantunflas". Mi madre me las dió y me dijo que eran las únicas que había encontrado; son color azul cielo...pero ya no tienen el color del cielo, se volvieron grises.

Sentí un dolor muy fuerte. Eran mis senos...atributo físico, objeto de placer y codiciado por las manos masculinas en tiempos de primavera. Supuse que tendría que llegar la menstruación...nunca tomo nota de cuando llega y cuando se va porque siento que la estoy condicionando a algo que ella no quiere: marcarle el tiempo exacto...yo no quiero hacerlo con ella como lo hacen conmigo. Eres libre amiga
...y yo estoy jodida.
Dicen por ahí que esto fue un castigo de Dios...
Me pregunto si Dios tiene tiempo para estar dando castigos cuando no para de estar escuchando plegarias.

Llega esa necesidad...esa bendita, inevitable, inmutable, obligatoria, irremplazable necesidad: Tengo que ir al baño: Expulsa lo que llevas contigo.
Es el momento más vulnerable por el que pasa TODO el ser humano sin excepción.
La taza, escusado, baño, retrete, letrina, W.C, esta siempre fría y aunque sean unos pocos segundos lo que dura, no puedes evitar detonar cierta frase célebre que sale de tu apestosa boca:
Pinche taza fría...
Y en ese instante es cuando la gloria está más cerca de lo que creías y oír el ruido armonioso de tus orines en plena mañana es todo un placer. Te sientes ligera...independientemente de cuantos kilos tengas encima, eres la pluma de la mañana. Tengo que reconocer que el baño ha sido el santuario de los mejores escritores. Al menos, el mío lo es.

Mientras esto acaba, tomo mi tiempo para leer el repertorio de revistas viejas y mutiladas que mi madre se empeña en guardar.
Es entretenimiento gratuito, sin chiste y olvidadíso. Que más da leer lo que paso hoy que ayer, siempre es lo mismo...una y otra vez.

El ritual obligatorio de limpiar tus partes para que la infección se evite, es levantar un poco tus caderas, utilizar tu mano derecha y rozar un poco la parte afectada sin lastimarte, pero con la plena seguridad de que no quedará residuo alguno del "agua maldita".
Dónde quedaron esos días en los que la madre se quedaba en la puerta y verificaba que todo aquello quedara más limpio que el cielo sin nubes? o Dónde quedo la madre preocupada que se daba de "topes" contra la pared, creyendo que así podría pasar el poder inigualable de "pujar" a su linda nena? Ya no hay más risas ni juegos: a lo que llegas, por qué los demás también tienen su propio ritual.


...Oh sí! la transformación de la vida: Me ví en el espejo :D.

Desde que tú llegaste

mi vida es un desmadre

siempre que estoy contigo

se me olvida lo que quiero decir.