lunes, febrero 16, 2009

Y aunque me digan que me aferro a lo imposible

Yo no tengo nada en contra de los pobres lunes, me da igual si la vida comienza un martes o un viernes ya que no alcanzo a notar alguna diferencia entre días ó días. Pero en definitiva, este lunes no ha sido mío, aunque la expresión sea solamente para no perder el sentido de pertenencia.
Las fatales acciones que me llevaron a considerar este día como pésimo están de sobra pues no quiero que el centro de mis últimas horas se concentre en terribles recuerdos, pero lo que sí quiero subrayar es que la lluvia fue la cereza en el pastel.

No hay comentarios.: