sábado, febrero 14, 2009

Quizá faltan unos días...

Ya lo había pensado pero siempre se me pasaba porque casi nunca voy a centros departamentales ni tiendas de ropa. El caso es que precisamente ayer, mi problema se agravó y me sentí acosada, acusada, señalada y por supuesto ofendida. Sin embargo, de cierta manera, una parte es mi culpa.
Hace aproximadamente un año mi amiga zobeida me regaló una bolsa muy padre, la cual yo utilicé para mis libros cuando iba a la escuela y para mis pertenencias cuando iba a trabajar. Incluso podía cargar con todo lo que yo quisiera ya que ésta bolsa es muy, pero muy grande. A mí me pareció muy acorde a mi personalidad y estilo de vida desordenado y vigoroso pero para mi familia y amigos fue motivo de burlas. Decían que todos los días iba al mercado, qué a dónde me iba de viaje, qué si estaba cargando a una persona, etc,. En fin, muchas agresiones que al principio me molestaban pero a fin de cuentas salí victoriosa porque terminaron aceptando los beneficios que también a ellos les ofrecía el bolso cuando ibamos al cine o a un antro.

El problema llegó cuando por primera vez llegué a un lugar para consumir el producto que vendían. Al principio hice caso omiso a ciertas actitudes que presentaban las nenas que trabajaban en esos lugares pero después de un tiempo capté el mensaje: bolsa grande-ratera segura. Lo tomé muy simple y me dije: para la otra ya no la cargaré. Pero siempre se me olvidaba y cada vez que me presentaba en algún lugar como ésos pasaba lo mismo, incluso llegué a jugar haciéndoles creer que realmente me robaría algo; me escondía, daba muchas vueltas, agarraba muchas cosas y luego las dejaba; me parecía inofensivo. Era solo un juego.
Pero precisamente ayer, mi amiga zobeida me invito a Sanborn's. Por increíble que parezca yo nunca había pisado ese lugar y hasta hace algunos meses había asistido al restaurant, así que sin sonar simplona, me emocioné.
Entré como si una niña estuviera apunto de jugar en la resbaladilla y al percatarme de que había un mundo de libros y revistas, solo pude decirle: aquí me quedo, tu piérdete.
Naturalmente tomé un libro y tomaba otro, lo hojeaba, lo miraba, me reía como idiota al leer títulos como: ¿por qué venus y marte se pelean? y seguía mi camino. Después de algunos minutos de estar ahí y darme cuenta que era un lugar muy padre, sentí como dos personas se acercaban a mí y me rodeaban. Sus trajes rojos nunca los hicieron pasar desapersividos e inmediatamente entendí el mensaje: por mi bolso, pero en ese momento no me molestó en lo absoluto, total, ya había vivido situaciones como éstas.
Sin embargo, todo se torno incómodo porque me preguntaron cuatro veces si se me ofrecía algo y si yo me movía de pasillo, ellos hacían lo mismo. Cabe señalar que había un mundo de personas ahí y eso me molestaba más; solo por el simple hecho de que yo llevaba un bolso grande me persiguieran así. No se lo dije a mi amiga puesto que estaba demasiado emocionada por la cita que tendría, así que omití ese incidente.
Al final si compré un libro y me dí cuenta que tienen todo el derecho a sospechar de mi persona y probables intesiones pues ellos no saben lo culona que soy para realizar ese tipo de acciones y que jamás he intentado en lugares públicos. Pero también me pareció exagerada la actitud de esos nenes, no me veía tan mal, aparte iba saliendo de mi trabajo y no me vestí como chola de pasadina (sin ofender).
Bueno, creo que ya es hora de que cambié de look en cuanto accesorios, tal vez el día de mañana sea peor y me lleven a la cárcel solo por traer un bolso.





...para que pueda decir que te olvide:::::::♪

1 comentario:

Shinji dijo...

exagerada la actitud. no respetable ni justa; menos graciosa. probablemente curiosa. pobrecitos.

Saludos!
:D