Me han pasado muchas cosas vergonzosas, la mayoría de ellas en secreto, porque da la casualidad que siempre cometo estupideces cuando nadie me ve como diría aquel cantante. Una vez me agaché para tomar los papeles del baño, mis greñas cayeron a la taza y sin darme cuenta de ello, me levanté tan rápido que me vi en los comerciales de shampoo: sexy y bañada en aguas de retrete. Una vez me ahogué con soda ¿cómo? nunca lo supe, de verdad sentía que iba a morir. Tengo una pulsera que me gusta mucho pero que el elástico ya no es lo suficientemente apretado y cualquier movimiento brusco que haga mi mano sale volando y en una ocasión iba caminando por la calle y le pegué a un tipo en la espalda, él no supo qué fue lo que pasó y yo disimuladamente fui por la pulserita. Estando en el kinder siempre fui una niña fiel a los columpios y un día pedí permiso para ir al baño y aproveché para columpiarme poquito. Me sabía muchos trucos que a esta edad sería imposible de realizarlos, pero algo salió mal y me enredé no sé cómo, solo veía que mis manos se empezaban a poner moradas. Para mí fue eterno, pero cuando regresé al salón nadie lo notó. A cada rato me embarro de cosas y muchas veces nisiquiera sé de donde provienen(¿?). Una vez se me subió una araña a la cabeza, supongo que duré con ella mucho tiempo, a pesar de que sentía movimientos no los tomé en cuenta y hasta que se bajó a mi frente hice el peor escándalo de mi vida. Claro, estaba sola y nadie lo supo. Lo mismo me ha pasado con las cucarachas. Ya han sido varias las veces que me agarro el cabello con las puertas del carro, es algo muy estúpido, el dolor es insoportable y casi siempre me pasa en la cochera de mi casa, en estacionamientos casi desiertos, etc. También se me ha roto el pantalón de la parte de atrás una vez que estaba trapeando, hice el ridículo con un frasco de mermelada cuando no podía abrirlo y ese tipo de detalles parecidos.
¿Suerte que nadie me ve? lo dudo.
¿Suerte que nadie me ve? lo dudo.
Recuerdo que en tercero de primaria me sentaba en esos mesabancos con asiento anaranjado y con la fricción que hacías, la falda se te pegaba a las nalgas. El caso es que traía problemas estomacales y pensé, ingenuamente, que mis flatulencias podrían pasar desapercibidas, así que me dispuse a dejar que mis necesidades fisiológicas hicieran de las suyas. Creo que reprimí el recuerdo de tan frustrante que fue la risa de mis compañeros. En la secundaria lo único que me interesaba era el basketball y en cierta ocasión quise lucirme ante el gran público y ante el niño que me hacía rayar mi cuaderno con su nombre. Lo más excitante del basketball para mí, siempre fue salvar los balones que se creen perdidos y esa vez era una gran oportunidad, así que lo hice, me avalancé hacia las afueras de la cancha, volé como nunca, salvé el balón y me estrellé contra un árbol, dejándome el ojo más morado que las uvas y más hinchado que las bubis de sabrina. En fin, el rumor se corrió por toda la escuela, al grado de decir que me había peleado con una chola. Eso fue bueno, jamás alguien se metió conmigo pero durante varios días no se me quitó el golpe y durante varios meses tuve que soportar la famosa carrilla. Y la última y más actual fue caerme de una silla hacia atrás casi en cámara lenta y con un salón lleno de adolescentes superficiales. Fue todo un show. Aún todo el mundo lo sigue recordando. Ya se imaginarán. ¿A esto le llamán suerte? Casi nunca me pasan cosas tontas enfrente de personas "inteligentes" pero cuando me pasan son para recordarse. ¿Qué será peor?.
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But lately I am beginning to find that I
should be the one behind the wheel.
Whatever tomorrow brings, I'll be there
with open arms and open eyes
But lately I am beginning to find that I
should be the one behind the wheel.
Whatever tomorrow brings, I'll be there
with open arms and open eyes
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