viernes, marzo 28, 2008

Lo mío no es mío si solo es mío.

Ese tipo de cosas son las que piensas que jamás te van a suceder. Las das por perdidas, ya ni las compartes y las recuerdas esporádicamente. Pero cuando aparecen, es como un milagro. Pareciera que renacen de las cenizas para darte una pizca de esperanza. Cosas insignificantes, detalles pequeños, momentos que pintaron una gran sonrisa en tu rostro. Lo mejor es cuando no las buscas, ellas te encuentran. Te animan y parlotean: te encontré, te encontré. Qué felicidad.
Por eso, este día, tengo que compartir con usted querido lector, lectora, la gran coincidencia que viví ya que me encontró el episodio de animaniacs que siempre me gustó. Ja, ja, ja.
Es que hoy me dijeron que yo nunca tuve infancia. Eso me dolió y por un momento sentí que en realidad fue así. Sin embargo, por alguna extraña razón, le di click a un sitio y ese sitio me llevó a otro y ¡cataplam! ahí estaba. Estoy segura que fue un mensaje de mi niña interior. ¡Ay! qué miedo.




Si busco en el todo, encuentro el sino,
liberar y disolver mi yo en el vacío... ♪♪♪♪♪♪

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