lunes, diciembre 24, 2007

Te tengo amor obsesivo, un poco tétrico II

Todo el tiempo he tenido problemas con mis padres porque según ellos a mí no me importan las cosas que presto. Cómo tu no las pagas, a ti no te cuestan, a ver si te gusta que yo preste tus cosas, por qué le sigues prestando a fulano de tal si nunca te regresa a tiempo nada, son solo algunas frases que repiten cada vez que se deja ver esa alma tan caritativa que hay dentro de mi.

Hace meses yo andaba de buenas y dije: ¿Hielera? ¡Claro! yo tengo una y ahí comenzó el peor de mis calvarios. Mi madre, tan buena y santa, me preguntó después de varios días que si ya la había traído y yo solo dije que todavía la estaban ocupando. Así me fuí como cuatro meses pues tuve la gran suerte de que ese artefacto cayera en las manos de una persona que vivía en Calexico, CA. y por una u otra razón ese tema no estaba en nuestras conversaciones ocasionales. A parte de la flojera que siempre me cargué para ir por ella.
El gran día llegó y lo peor es que mi padre fue quien la pidió pues al día siguiente se iría a la playa y sus gritos y reclamos no suelen ser cálidos y consolantes. Me cagué, no me da pena decirlo.
La sopresa fue que simplemente se limitó a decir esta bien, ve por ella. y mi madre como siempre hizo su escándalo ya conocido por los hijos Reyes pero me limité a decir si no voy a ir a China por ella. Entonces pues, me dirigí al centro de la ciudad no sin antes haberle llamado al susodicho para decirle que me la entregara ahí en la línea ya que no iba a cruzar por una hielera. Cabrona olvidadiza, qué pendeja ¿por qué no fuí por ella antes?, ¡me caga esto! tenía que ir a la escuela, debí hacerle caso a mi amá, chingado pinche tráfico cabrón de mierda... era todo lo que podía decir en el camino. Mis pensamientos aumentaron sus blasfemias cuando no encontré estacionamiento coherentemente cerca ¿¡Cómo chingadasputasvergasjodidasmadres iba a cargar la hielera hasta aquí!? Y ahí va, la chica olvidadiza a encontrarse con algo verdaderamente estúpido. Rematando esta historia, el tipo no llegó a la hora acordada y tuve que esperar más de media hora sentada a un lado de los llevadores del mandado y escuchar un sin fin de quejas por lo jodido que estaba el país. Al menos saben más del mundo y la economía que otros, me dije y cuando iba a intervenir en el tema López Obrador-Chávez llegó el tipo cargando una hielera roja.
Sorry por hacerte esperar, es que tuve que ir por mi hermano a su escuela.
Gracias, nos vemos luego. Y todavía me alcanzó para darle una sonrisa forzada y darme cuenta que decir sorry se está volviendo más significativa que un lo siento.
Y no me quedaba más que emprender mi viaje hasta el lejano automóvil cargando una hielera roja por la Av. Madero. Subí y baje escaleras, cruce semáforos, hice que cientos de palomas volaran de mi camino, un niño me señaló, un carro hizo sonar su claxón por mi lentitud, el animador de un congal me invitó a que pasara a ver el show y un señor me dijo que si necesitaba ayuda. Lo más vergonzoso fue que tenía que cruzar la calle en un lugar donde no había señalamiento alguno para que detuviera a los carros y mi cansancio, enojo y pena hacían que todo empeorara. Ni modo, crucé a regañadientes por las groserías de los automovilistas al no apiadarse de mí y con un gran alivio al mirar mi camioneta. Uff, por fin y me recargué en la parte trasera.
No fue tan difícil, ¿qué tiene que haya pasado por esto?, mi amá solo exagera, que viejo tan pendejo ¿yo para qué quiero ver viejas desnudas?, ya no seré mala con los peatones, regresaré a dar mi opinión acerca de López Obrador y Chávez, que mamada ir a calexico, no se lo diré a nadie luego se burlarán, ¿me corto el cabello?... pensaba de regreso a casa.

Entonces ahora pensará querido lector lectora que ya aprendí la lección y pienso dos veces antes de que mi alma caritativa muestre sus dones de altruismo, pero la verdad es que no, me sigue valiendo un tomate las cosas que presto, solo que ahora ya sé qué contestarle a mi padre cada vez que me pida algo y no lo tenga en ese momento, mua ja ja ja ja.



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Me tienes que creer, tienes que confiar
El sentimiento es profundo y también real::::♪

2 comentarios:

Aída A. dijo...

A la mergaaaaa
Te imagine bien real haciendo todo lo que te paso y me transporte hacia donde estabas!

Nena me prestas tu carro?
Porque el mio ya lo vendi!

Connie dijo...

Jaja! Una vez mi mamá se enojo porque según ella una maleta que preste seguía en casa de mi amiga, yo entre a su cuarto, urgue entre el closet y saqué la maleta, la aventé al suelo y le dije 'pidame disculpas' y ella sólo se comenzo a reír, luego yo también me reí. Yo siempre hago que lo que presto me lo regresen, sino, no presto nada. Saludos!