Estando lejos, preferimos extrañar y no contar los errores que cometimos. Se vuelve un principio, una oportunidad y las ganas de castrar al mundo nos acompañan. La menlancolía es grata cuando sostenemos y reímos en el suelo que -suponemos- nunca será nuestro. Ahora ya está eso por el cual sentir nostalgia, ya hay unos minutos obligatoriamente dirigidos al horizonte y suspiros de añoranza los encontramos cada fin de semana. ¿Lágrimas? Una que otra noche en la almohada que guarda la caspa y los secretos. No importa el tiempo que sea, las cosquillas del recuerdo molestan a la soledad y nos vamos perdiendo en la rutina.
De pronto los principios se están volviendo raíces, ya nada es temporal y el clima está más parecido que al del ayer. Ya no encontramos el sentimiento de culpa en las pupilas por no encontrar lo que buscabamos, pues sin más ni más las cosas y lugares aparecen por casualidad o por sabiduría. Las personas son tan palpables, que inventarlas ya no cuesta tanto trabajo y la utopía de "mi ciudad feliz" ya dejó de seguirnos. Quien sabe, deberiamos pensar cuanto tenemos y cuanto perdemos cada segundo, pero el raciocinio no es tan poético como esperamos y nos obliga a seguir la corriente quedándonos aquí por el bien de ti y de mi y de ellos y de todos. Este lugar ya se vuelve tan necesario y tan cotidiano que lo que una vez pensamos en no hacer, ya esta hecho.
Uno puede adaptarse a cualquier tormenta, pero olvidarte mi querido, eso no. Eso jamás.
Y si crees que no te extraño
O que no fue para tanto
Sabe bien no estoy completo
Desde el día en que no te ví:::::::::::::♪
3 comentarios:
me gusto ese renglon, cuando estamos lejos no comentamos los errores que cometemos... muy buen punto my dear susaneitor
^_^
Porque sera que es tan dificil engañarnos a nosotros mismos? Y olvidar....de eso ni hablar, es lo peor.
A veces necesitariamos hacerlo no?
Un beso Susanska!
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