lunes, mayo 04, 2009

El poema que no digo, el que no merezco.

La comodidad que vivo me cansará un día de estos. Ya conozco el procedimiento y no me parece tan patético ya que muchos esperan su catarsis por medio de amores, dolores, pesares, traumas, simpladas y otros motivos que no valen para mí. Nada me hace especial pero siempre termino por aburrirme. Inestable soy y así me moriré, por eso siempre anhelo el equilibrio y trato que la gente a mi alrededor luche por él pues nunca me ha gustado que las personas vivan en el mismo hoyo que yo, no me gusta la compañía en mi propia mierda.

También sé cuando la gente se cansa de mí. Ya conozco el procedimiento y no me parece vengativo ni fuera de lo común. Mi torpeza y crueldad hace que la gente retroceda dos segundos para después amarme como al principio, solo es cuestión de tiempo y descanzo mental de tanta porquería susanieska. Muchas veces no sé lo que quiero y adoro seguir la corriente una que otra vez, es divertido, la gente te emociona; sus pensamientos, sus ideales, sus vanalidades; es bueno perderse entre la multitud y pensar que podemos evitar "ser uno mismo"

Y muchas veces no tengo finales. Ya conozco el procedimiento y eso sí me molesta porque no cierro ningún círculo y no termino nada. Demasiadas puertas abiertas terminan chocando con la fuerza del reproche. Amistades; las olvido y no las conservo. Amores; no me enorgullecen. Actitudes; nunca sé de ellas. Final; el que nunca me resigno a darle a mi poema que no digo, al que no merezco.

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