soy arrebatada, celosa,
voluble
y llena de lujuria.
¿Qué esperaban?
Que tuviera ojos,
glándulas,
cerebro, VEINTITRÉS años
y que actuara
como el ciprés de un cementerio?
* * *
Hoy he descubierto la belleza
de ser yo misma.
-no,
no fue así;
me lo enseñaste-
Pero al hacerme mujer
al mostrarme que los seres
son tan libres
Comprendí
que libre-yo
y libre-tú
podamos tomarnos de la mano
y realizar la unión sin anularnos.
Por eso me apretujo dentro de mí misma
hasta salir las lágrimas
y en el pelo
se me prende
el sabor salado del olvido.
Algún imbécil dijo
que el poeta es la clave del mundo.
¡Mentira!
A mi sólo me queda encogerme hacia dentro
y esperar
ciegamente
un sonido, una expresión cualquiera
y que alguien
donde quiera que esté
emita una señal diciéndome que existo.
Ana María Rodas
2 comentarios:
suena a mujer. muy cierto, muy triste.
Me ha gustado.
Saludos!
:D
Aplausos pa' los textos!
Saludos compita.
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