Me quedo con la sensación de no tener las cosas claras III

A penas estoy acostumbrándome al horario. Todas esas noches de lujuria y pasión se están vengando de mí y precisamente se les ocurre cuando tengo un mes muy ocupado. Tengo muchas ganas de dormir en una nube esponjosa marca gigante y no despertar durante 15 largos días. Eso sería genial. Pero bueno, esperaré a que me llegue la hora del petateo. Que por cierto, ayer soñé horriblemente feísimo; tuve mucho miedo y aún lo tengo y lo tendré porque me he vuelto súper culona... ¡no sé por qué! Todo comenzó por que en el trabajo una tipa empezó a decir todas las historias de fantasmas que supuestamente sucedían ahí, yo me hacía la típica persona "qué pendejada woey" pero en realidad estuve apunto de hacerme en los calzoncillos al pensar que yo frecuentaba esos lugares llenos de espíritus enojados por los altos costos y los bajos sueldos a sus empleados. En fin. Quisiera contar la fea y triste historia llena de intriga y suspenso que envuelve a la institución donde laboro pero temo ser asesinada por el aparato checador y su insensibilidad hacia mi persona. Mejor, ya después, algún día, ahora sí relataré con mucho gusto la historia de la graciosa y absurda estornudadera del panadero y su concha.

Tampoco sé por qué mayo se complica tanto si debería ser de lo mejor pues un día, este mundo miró a la mujer que derrocó a Blanca Nieves y nuestros antepasados pelearon para que tuvieramos los meros puentes descanzadores laborales. Sin embargo, de unos años para acá me da dolores de cabeza. Inmensos, no se imaginan. Me estreso. Ash. Ahora sí que todo está así bien rico a la menos uno punto cinco. Chale.

♪

Y no sé estar un dia sin ti,
solo tengo ganas de salir,
de salir a buscarte y decirte
que me equivoque...

Perdóname.