No se escribe esta historia y ya jamás se escribirá

Con eso de que la lectura está siendo todo un boom de moda en la Señora de Reyes, en esta casa se tiene que explicar cada párrafo del libro en puerta y con ello, una sarta de graciosadas nacen día a día, quedándose grabadas para la historia familiar. La ingenuidad es tan delicada y hermosa que quisiera cuidarla y nunca perderla.

- ¡Su!... se lo comieron... :(

- Pues si má... ¿que sarra verdad?
- ¡Es que se lo comieron!
- Si... jaja, que mal.
- Pero... ¿por qué se lo comieron?
- Supongo que el autor quizo que terminara así.
- No me gustó que se lo hayan comido.
- ¬¬ si... que mal.
- No me gustó este libro. Grenovil no debió morir así, aparte esta bien fantasioso. ¿Comó que se lo comieron?...
- ¬¬ si... que mal.
- Haber cuando me recomiendas otro libro. Pero no quiero que se coman a la gente.
- No má...

Se retira al cuarto, donde yace mi sacrosanto padre y solo se escucha:
- Increíble... se lo comieron. ¡Mijo se comieron al Grenovil!

¡Duh!

***

Siempre que escupo (escribo) alguna blasfemia sarcástica que atenta contra mi persona e integridad y dejo entredicho mi forma de ver la realidad, me pasa algo tan increíble, que la misma vida a la que le dedico mis más grandes frustraciones y groserías, me da una cachetada con guante blanco y me invita a quedarme en ella. La odio. La amo. Que relación tan sana.

Por lo tanto, hemos acordado hacer una tregua pero no como la de Santomé y Avellaneda ni como la de ETA con la sociedad, sino como la simple y amable cooperación en pro al bienestar de nosotras y nada más que nosotras. El mundo nos vale un reverendo tomate.

La vida y yo estamos en stand by.

♪ Mejor déjame tu odio,

que solo se odia lo amado ♪