Yo entonces era otra. Pero no he renunciado ni al amor ni a la herida.
sábado, agosto 29, 2009
jueves, agosto 27, 2009
No hay nada nuevo bajo el sol
Don Jesús es la persona más odiosa que conozco. Es muy triste saber que tienes que laborar con un ser humano que se dedica a poner trabas a cualquier cosa que le pidas. Jamás da soluciones ni te atiende como es debido. Camina como si el lugar le perteneciera y se menea con cigarrito en mano para decirte cualquier pretexto que se haya dicho alguna vez por una persona.
Ojalá nunca me pase a mí porque definitivamente es desagradable que te piensen como un problema y no como una solución.
martes, agosto 25, 2009
chau número tres
Te dejo con tu vida
tu trabajo
tu gente
con tus puestas de sol
y tus amaneceres.
Sembrando tu confianza
te dejo junto al mundo
derrotando imposibles
segura sin seguro.
Te dejo frente al mar
descifrándote sola
sin mi pregunta a ciegas
sin mi respuesta rota.
Te dejo sin mis dudas
pobres y malheridas
sin mis inmadureces
sin mi veteranía.
Pero tampoco creas
a pie juntillas todo
no creas nunca creas
este falso abandono.
Estaré donde menos
lo esperes
por ejemplo
en un árbol añoso
de oscuros cabeceos.
Estaré en un lejano
horizonte sin horas
en la huella del tacto
en tu sombra y mi sombra.
Estaré repartido
en cuatro o cinco pibes
de esos que vos mirás
y enseguida te siguen.
Y ojalá pueda estar
de tu sueño en la red
esperando tus ojos
y mirándote.
tu trabajo
tu gente
con tus puestas de sol
y tus amaneceres.
Sembrando tu confianza
te dejo junto al mundo
derrotando imposibles
segura sin seguro.
Te dejo frente al mar
descifrándote sola
sin mi pregunta a ciegas
sin mi respuesta rota.
Te dejo sin mis dudas
pobres y malheridas
sin mis inmadureces
sin mi veteranía.
Pero tampoco creas
a pie juntillas todo
no creas nunca creas
este falso abandono.
Estaré donde menos
lo esperes
por ejemplo
en un árbol añoso
de oscuros cabeceos.
Estaré en un lejano
horizonte sin horas
en la huella del tacto
en tu sombra y mi sombra.
Estaré repartido
en cuatro o cinco pibes
de esos que vos mirás
y enseguida te siguen.
Y ojalá pueda estar
de tu sueño en la red
esperando tus ojos
y mirándote.
Mario Benedetti
jueves, agosto 20, 2009
Lo intento todo para ser mejor de lo que fuí
Don Pedro es la persona más cool que conozco. Es el jardinero de la empresa donde trabajo y sabe muchísimo de plantas y flores. Llegó a esta institución gracias a su gran prestigio entre el gremio; resulta que, apesar de no saber leer y escribir muy bien, ha realizado un sin fin de actividades dentro de la jardinería como conferencias, viajes, cursos, talleres; tuvo la oportunidad de viajar al extranjero y dar varias conferencias sobre flora que existe solo en tierra desértica. De hecho, dice que en ninguna parte del mundo existe un manual o algo que se le parezca que explique el manejo de este tipo de plantas, aún no lo compruebo, pero Don Pedro es la persona más cool que conozco y yo le creo.
Diariamente, cruzo los buenos días con él y recibo el nombre de una flor diferente; es el único ser viviente en ese edificio que puede saludar a la dueña de beso y apapacho. Increíble.
Hace poco se fue de vacaciones a su tierra natal, allá nació pero aquí vine desde muy chamaco, dice él. Se casó y procreó diez hijos de los cuales absolutamente todos son profesionistas; contadores, arquitectos, abogados, diseñadores gráficos; incluso tiene ya nietos graduados de la universidad y por supuesto que los bisnietos ya son la novedad en la familia.
Don Pedro se acordó de mí y me trajo un regalito...
- Para la flor más bella de este trabajo-
- ¡Ay Don Pedro! ojalá tuviera cuarenta años menos.
Diariamente, cruzo los buenos días con él y recibo el nombre de una flor diferente; es el único ser viviente en ese edificio que puede saludar a la dueña de beso y apapacho. Increíble.
Hace poco se fue de vacaciones a su tierra natal, allá nació pero aquí vine desde muy chamaco, dice él. Se casó y procreó diez hijos de los cuales absolutamente todos son profesionistas; contadores, arquitectos, abogados, diseñadores gráficos; incluso tiene ya nietos graduados de la universidad y por supuesto que los bisnietos ya son la novedad en la familia.
Don Pedro se acordó de mí y me trajo un regalito...
- Para la flor más bella de este trabajo-
- ¡Ay Don Pedro! ojalá tuviera cuarenta años menos.
lunes, agosto 17, 2009
Parábola de la inconstante
Antes cuando me hablaba de mí misma, decía:
Si yo soy lo que soy
y dejo que en mi cuerpo, que en mis años
suceda ese proceso
que la semilla le permite al árbol
y la piedra a la estatua, seré la plenitud.
Y acaso era verdad. Una verdad.
Pero, ay, amanecía dócil como la hiedra
a asirme a una pared como el enamorado
se ase del otro con sus juramentos.
Y luego yo esparcía a mi alrededor, erguida
en solidez de roble,
la rumorosa soledad, la sombra
hospitalaria y daba al caminante
-a su cuchillo agudo de memoria-
el testimonio fiel de mi corteza.
Mi actitud era a veces el reposo
y otras el arrebato,
la gracia o el furor, siempre los dos contrarios
prontos a aniquilarse
y a emerger de las ruinas del vencido.
Cada hora suplantaba a alguno; cada hora
me iba de algún mesón desmantelado
en el que no encontré ni una mala bujía
y en el que no me fue posible dejar nada.
Usurpaba los nombres, me coronaba de ellos
para arrojar después, lejos de mi, el despojo.
Heme aquí, ya al final, y todavía
no sé qué cara le daré a la muerte.
Si yo soy lo que soy
y dejo que en mi cuerpo, que en mis años
suceda ese proceso
que la semilla le permite al árbol
y la piedra a la estatua, seré la plenitud.
Y acaso era verdad. Una verdad.
Pero, ay, amanecía dócil como la hiedra
a asirme a una pared como el enamorado
se ase del otro con sus juramentos.
Y luego yo esparcía a mi alrededor, erguida
en solidez de roble,
la rumorosa soledad, la sombra
hospitalaria y daba al caminante
-a su cuchillo agudo de memoria-
el testimonio fiel de mi corteza.
Mi actitud era a veces el reposo
y otras el arrebato,
la gracia o el furor, siempre los dos contrarios
prontos a aniquilarse
y a emerger de las ruinas del vencido.
Cada hora suplantaba a alguno; cada hora
me iba de algún mesón desmantelado
en el que no encontré ni una mala bujía
y en el que no me fue posible dejar nada.
Usurpaba los nombres, me coronaba de ellos
para arrojar después, lejos de mi, el despojo.
Heme aquí, ya al final, y todavía
no sé qué cara le daré a la muerte.
Rosario Castellanos
Gula
Me viene valiendo un pinche aparato reproductor sexual masculino XXL lo que opines de mi persona, puedo hacer lo que se me pegue la gana con carbohidratos o no.
Lujuria
Una cosa es verlo sentado, acariciando su barba y riéndose de las patéticas historias que parloteo y otra muy diferente, cuando se acerca, dice que huelo bien y le advierto que ahí está su esposa.
Soberbia
Siempre he dicho que unos existímos para preparar la tierra, sembrarla y por ende convertirnos en el sabio de la región para que otros recojan los frutos que ilusamente creen que nacen por arte de magia. Cabrones.
Ya no sé si disfrutar ese tipo de cosas o quedarme callada pues me da pena ser una sabelotodo, que besen mis pies y embarrarme de ego.
Ya no sé si disfrutar ese tipo de cosas o quedarme callada pues me da pena ser una sabelotodo, que besen mis pies y embarrarme de ego.
viernes, agosto 14, 2009
Qué todavía espera verse junto a tí...
Ya tuve mi primera experiencia y no me gustó. No puedo quitarme de la cabeza que solo es para drogadictos y conciente del hecho, sé que juzgo rapidísimo pero es lo que he conocido hasta el momento y mi momento me dice que no nací para ser parte del movimiento electrónico.
Tal vez debería conocer a personas interesadas en el progreso y recomendación de este tipo de sonidos, será que solo estuve dentro del cuadro ácido-contagio-éxtasis-alcohol, sin embargo y para no hacerles el cuento más largo y sea presa de ataques mediadores de empatía, me divertí.
Sin duda me falta conocer y expandir mis horizontes, soy una cachorra.
Tal vez debería conocer a personas interesadas en el progreso y recomendación de este tipo de sonidos, será que solo estuve dentro del cuadro ácido-contagio-éxtasis-alcohol, sin embargo y para no hacerles el cuento más largo y sea presa de ataques mediadores de empatía, me divertí.
Sin duda me falta conocer y expandir mis horizontes, soy una cachorra.
jueves, agosto 13, 2009
A veces, tan ligera como un pez en el agua, me muevo entre las cosas feliz y alucinada.
Y ahí estaba yo, desvelada y pesimista ante la idea de ser líder de un grupo cuyas edades menores a los 10 años siempre me han parecido un gran problema. El primer contacto que tuve con esos seres fue tímido y amable, no podía darme el lujo de que ellos olieran mi miedo y se percataran de mi insensible trato hacia sus pequeñas vidas pero tampoco pude pasar por alto la frialdad que algunos padres de familia tienen con sus hijos y los dejan a sus suerte esperando que alguien más haga su trabajo.
Cuando llegó la hora de encararlos en el salón y estudiar cada uno de sus movimientos, sentí como me cedían el control y sus caritas se veían animadas. Fue fácil. Un poquitín por acá, una sonrisilla por allá y listo, se irían cuando menos lo pensara sin siquiera sentirlo.
Y ahora estoy aquí prácticamente enamorada de treinta monstruos maravillosos de escasos ocho años de edad lamentando su repentina partida y extrañando sus demandas, sus quejidos, sus olores, sus lloriqueos, sus emociones, sus sonrisas...
Estoy aquí, escribiendo que los niños son asombrosos y que esa capacidad de entender su realidad siempre la voy a admirar. Creí que yo tenía el control y, al contrario, usaron sus artimañas infantiles para regresarme a los ocho años y me perdiera en un país donde jugar, comer, platicar y dormir es sumamente primordial.
Me perdí en treinta cabecitas de amor para dar y que muchas veces sus progenitores no quieren entender. Dejé que me llevaran de la mano a todo eso que había olvidado y ahora... no me quiero ir.
Así es, resignada me voy a quedar, abandonada por ellos y triste por mí cuadrado pensamiento que un día osé tener. Auch, duele.
Cuando llegó la hora de encararlos en el salón y estudiar cada uno de sus movimientos, sentí como me cedían el control y sus caritas se veían animadas. Fue fácil. Un poquitín por acá, una sonrisilla por allá y listo, se irían cuando menos lo pensara sin siquiera sentirlo.
Y ahora estoy aquí prácticamente enamorada de treinta monstruos maravillosos de escasos ocho años de edad lamentando su repentina partida y extrañando sus demandas, sus quejidos, sus olores, sus lloriqueos, sus emociones, sus sonrisas...
Estoy aquí, escribiendo que los niños son asombrosos y que esa capacidad de entender su realidad siempre la voy a admirar. Creí que yo tenía el control y, al contrario, usaron sus artimañas infantiles para regresarme a los ocho años y me perdiera en un país donde jugar, comer, platicar y dormir es sumamente primordial.
Me perdí en treinta cabecitas de amor para dar y que muchas veces sus progenitores no quieren entender. Dejé que me llevaran de la mano a todo eso que había olvidado y ahora... no me quiero ir.
Así es, resignada me voy a quedar, abandonada por ellos y triste por mí cuadrado pensamiento que un día osé tener. Auch, duele.
sábado, agosto 01, 2009
No amarré sus sueños a las cuatro patas de ésta cama fría
Aún me duele el pecho cuando te veo tan sincero y sin preocupación. Me gustas, qué cruz. Ojalá te observaras y me preguntaras qué es lo que te hace tan peligroso e inhumano. Yo encuentro consuelo en aquellos pero aún me duele el pecho cuando te veo tan así despabilado. Comenzaría por quitarte la pelusa de las cejas y mordería tu nariz para que sintieras que es verdad que no me muevo nunca. Suelo ser muy fría cuando se trata de mí, no me importa cerrar los ojos y levantarme con la misma cara y la escarcha de mi vida.
No ligo palabras, no sigo líneas de nada; me duele el pecho cuando te veo ahí sin morder ni un suspiro ni un recuerdo ni un yo tan de ti.
No ligo palabras, no sigo líneas de nada; me duele el pecho cuando te veo ahí sin morder ni un suspiro ni un recuerdo ni un yo tan de ti.
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