jueves, abril 02, 2009

Inocente pobre amiga

Nunca había vivído tanta intensidad. Me atrevo a decir que es la primera vez que dejo de ser espectadora para jugar de una vez por todas en la inmensa cancha de las emociones. Compruebo que la vida se manifiesta por decisiones y personas; pensamientos e influencias. Trato de acomodarme a lo que venga, mi corazón a veces estalla en el punto menos esperado y se consuela con otros pesares y se vierte y se encuentra y se acomoda otra vez. No quiero dejar pasar cada instante: mis desvelos, mis borracheras, mis canciones, mis perdones, mis familiares, mis amigos... ah, todos un verdadero caso.
Estoy convencida que la vida nos sostiene de un hilo pero esta vez, más que ser un títere, aparezco como el titiritero.