Les cuento rápidamente la historia: Resulta que las sucias intenciones de la nueva directora es promover una forma de trabajo donde reine la limpieza y la disciplina en todos los aspectos, entonces mandó un correo a toda la institución convocando a un concurso masivo de orden y practicidad en el escritorio de cada empleado utilizando un método japonés llamado las 5S.
Así que no perdí mi tiempo y puse manos a la obra, de cualquier manera hacia mucho tiempo ya que no había quitado el polvo y prefería estornudar.
Empecé por todo el resguardo de papeles que contenía una pequeña cajita negra a la cual llamo cariñosamente " la ya después" y terminé por los suelos amarrando los cables de la computadora hasta el punto de desaparecerlos. Todo estaba estúpidamente ordenado y yo me sentía triste. Sentía que ese lugar, al verlo tan pulcro y aseado, se había convertido en el sitio de alguien más puesto que mi sello del desorden estaba tan impregnado como el mismísimo aroma a una rosa. Se lo comenté a mi jefe y simplemente se echó a reír y con una mirada tierna me hizo ver lo vanal e inútil que resultaba mi humor.
Al día siguiente, se presentaron bastantes problemas en el trabajo y me puse muy tensa; mi escritorio seguía aseado y bonito, pero mis nervios estaban al borde del colapso. Pasó lo que tenía que pasar y entrar en detalles sería una absurda aberración de mi parte por aburrirlos así que me enfocaré en lo central: la directora y su tonto concurso.
La revisión a mis compañeros fue muy meticulosa y mis esperanzas iban derrumbándose cada vez que ella se quedaba callada y soltaba alguna de sus tantas recomendaciones para una mejor organización. Mamadas, dije yo.
Cuando llegó a mi lugar, yo estaba muy molesta por lo que había sucedido y empece a explicarle cada una de las cosas que había en mi escritorio de manera tajante para que no sostuviera una plática de cómo mi lugar era una farsa.
Pero para mi sorpresa y la de muchos, mi espacio causó revuelo en la carita modesta y hogareña de la pequeñita dictadora de la empresa. Le preguntó a su acompañante y citó: Qué te parece, tenemos una ganadora.
Y es así como termina ésta maravillosa historia llena de dolor, desesperación y triunfo. Debo remarcar que mi esfuerzo tuvo sus primeros frutos y que trataré de mantener esa línea de organización y limpieza para que mi trabajo fluya como ríos de agua viva.
No me queda más que agradecerles a todos los que me apoyaron o no y decirles simple y sencillamente que las 5s, su pinche concurso y ustedes empleados y amigos me la pelaron. Gracias.
Así que no perdí mi tiempo y puse manos a la obra, de cualquier manera hacia mucho tiempo ya que no había quitado el polvo y prefería estornudar.
Empecé por todo el resguardo de papeles que contenía una pequeña cajita negra a la cual llamo cariñosamente " la ya después" y terminé por los suelos amarrando los cables de la computadora hasta el punto de desaparecerlos. Todo estaba estúpidamente ordenado y yo me sentía triste. Sentía que ese lugar, al verlo tan pulcro y aseado, se había convertido en el sitio de alguien más puesto que mi sello del desorden estaba tan impregnado como el mismísimo aroma a una rosa. Se lo comenté a mi jefe y simplemente se echó a reír y con una mirada tierna me hizo ver lo vanal e inútil que resultaba mi humor.
Al día siguiente, se presentaron bastantes problemas en el trabajo y me puse muy tensa; mi escritorio seguía aseado y bonito, pero mis nervios estaban al borde del colapso. Pasó lo que tenía que pasar y entrar en detalles sería una absurda aberración de mi parte por aburrirlos así que me enfocaré en lo central: la directora y su tonto concurso.
La revisión a mis compañeros fue muy meticulosa y mis esperanzas iban derrumbándose cada vez que ella se quedaba callada y soltaba alguna de sus tantas recomendaciones para una mejor organización. Mamadas, dije yo.
Cuando llegó a mi lugar, yo estaba muy molesta por lo que había sucedido y empece a explicarle cada una de las cosas que había en mi escritorio de manera tajante para que no sostuviera una plática de cómo mi lugar era una farsa.
Pero para mi sorpresa y la de muchos, mi espacio causó revuelo en la carita modesta y hogareña de la pequeñita dictadora de la empresa. Le preguntó a su acompañante y citó: Qué te parece, tenemos una ganadora.
Y es así como termina ésta maravillosa historia llena de dolor, desesperación y triunfo. Debo remarcar que mi esfuerzo tuvo sus primeros frutos y que trataré de mantener esa línea de organización y limpieza para que mi trabajo fluya como ríos de agua viva.
No me queda más que agradecerles a todos los que me apoyaron o no y decirles simple y sencillamente que las 5s, su pinche concurso y ustedes empleados y amigos me la pelaron. Gracias.
2 comentarios:
obvio recibiste tu recompensa jajaja :P dio, te dieron crédito de ser la ganadora del concurso "ordene su escritorio"... pero sigo creyendo que asi tiene que ser, no? un escritorio debe ser sucio, y desordenado!
:D
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