domingo, noviembre 30, 2008

Siempre me miro en tus ojos y si en mis ojos te miras todo queda entre nosotros.

Estoy muy contenta y no lo puedo esconder. Y es que yo pensaba que todo saldría de una manera pero resultó de otra que nunca me esperé y que por cierto disfruté... aff. Todo comenzó con un 7 de calificación final y, aunque algunos les parezca algo mediocre, no me interesa, fue un siete bien merecido. Después encontré cierto brillo en los maestros, pequeñas lucecitas de orgullo parecidas a una lámpara giratoria. No le tomaba mucha importancia porque creí que al ser siempre padrino de generación ya no le tomaba tanto interés pero me equivoqué, en realidad es mero protocolo pero sigue siendo un honor sentarse en esa mesa y compartir las experiencias que vivimos con él. Hasta este momento entiendo el último pase de lista y entiendo que los círculos, aún siendo tan pequeño e insignificantes, tienen que cerrarse.
Es curioso como se fue creando esa fraternidad entre nosotros y ahora hay una liga en común que nos aprieta igual y al mismo paso, nos corta la circulación y tratamos de ayudarnos a no perder el conocimiento. Ficticio o no, sencillo y sin complicaciones, todos nos llevamos bien y no pudo ser más oportuna la situación.

Despuesito de las obligadas fotos para el recuerdo, todos querían celebrar y respirar la merecida libertad pero yo aún no podía decir lo mismo así que me retrase un par de minutos en embriagar mi ser, sin embargo, fue donde empecé a cerrar mis círculos. Todos los momentos que pasé, que le lloré, que según mi corazón de pollo le amé, se convirtieron en una amistad de amor y en un matrimonio sin registro. Se volvió un buen compañero de semestres y de casualidades. Lo adoro con toda mi alma y esa noche sin previo aviso contemplamos y hablamos de nada. Encontré que siempre seré su paz más no su amor y entendí que nunca será mi amor pero sí mi antojo.
Aparecieron mis verdaderas amistades que nunca debieron separarse. Verlas caminando hacia mí muy sonrientes fue un pequeñito regalo del pasado. Todo termina en un absurdo tiempo y espacio. Adorable.
Mis alegrías estudiantiles ya tienen caras diferentes: hoy están embarazadas, aceptaron libremente su sexualidad, se casarán próximamente y trabajan en el típico rango de "es un comienzo".
Mi crecimiento desapercibido y mis nuevos rumbos existenciales... todo creado para sí y tranformado para siempre. Fue una buena madrugada.

Al día siguiente celebré cantando y bailando por mi cuenta en compañía de amigos muy queridos. Me enamoro cada día más de ellos y ni siquiera sé como demostrárselos. Agradecerles, no sé. También fue una buena madrugada.
Y hoy... hoy solo fui a un supermercado a disfrutar mi soledad. Siempre veo dvd's que no compro, vago por la sección de colchas y almohadas, veo e imagino zapatos en mis pies y mi pretexto termina con una nieve de chorro con cubierta de chocolate. Lo mejor.



...y siento
que como tú
no habrá nadie♪

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